Decir que The Travel 2023 era la ruta del año tenía justificación, una muy grande. Pasar un fin de semana completo en familia, arropados por la familia ExtremaMotor, y con un programa insuperable eran razones de peso. Portugal ponía el escenario, nosotros los coches y las ganas de conducir. Ayamonte, Portimão y Lagos, destinos idílicos por lo que serpentearíamos en carreteras adictivas.
Y todo empezaba la tarde del viernes 26. El Parador de Ayamonte nos tenía preparado un cóctel de bienvenida para coger fuerzas en un fin de semana cargado de actividades y carretera. Los participantes fueron llegando poco a poco a lo largo de la tarde, un parking que se fue llenando y que levanto pasiones entre los que se acercaban a ver los coches. Ford Mustang GT 5.0 Convertible, Jaguar F-Type Cabrio, Ferrari 488 GTB, Audi RS 6 Avant Performance o BMW M3. Estos eran algunos de los coches de los participantes más puntuales.
La tarde iba perdiendo la luz del sol y los participantes iban acomodándose en sus habitaciones con vistas a la desembocadura del Guadiana. Todo antes de disfrutar del cóctel en los jardines del parador, una noche más fría de la esperada pero que con algo de abrigo nos dejó disfrutar de este espectacular escenario. Tras ello nos marchamos a descansar, ¡el sábado sería un gran día!
Los motores nos despertaron temprano. El rugido del cold-start del Ferrari 488 GTB hacia retumbar las paredes del parador. El día nos descubría los últimos participantes que completaban la lista, destacando un Audi R8, Nissan GT-R, Porsche Panamera 4S o Alfa Romeo 147 GTA. No faltaba un espectacular BMW M4 o un Porsche 911 Carrera. Más tarde se unirían los Porsche 911 GT2 RS y Mercedes-AMG GT-R confirmados en la lista.
Tras desayunar y completar nuestro particular briefing, tomábamos rumbo Tavira. Los primeros kilómetros por autovía nos dejaban algunas gotas de lluvia, aunque pronto se abriría el cielo a nuestro paso por la carrera de Cachopo. Desconocido este puerto de montaña, que atraviesa una de las zonas más rurales del Algarve, cuenta con una carretera impresionante. Por sus curvas, su estado y su paisaje. La acción estaba servida.
Tras más de 100 km por estas carreteras sinuosas nos detuvimos en el Hotel Alte, desde el que teníamos una panorámica completa de lo recorrido. Una refresco y vuelta a la carretera, pues nos esperaba parte de la Sierra de Monchique. Esta zona, más conocida, deja paisajes volcánicos que se mezclan con el verde propio del escenario. Un destino que igualmente hizo disfrutar a los participantes.
El hotel de cinco estrellas Resort & Spa Monchique nos recibía con los brazos abiertos. Llegamos haciendo ruido, cómo no, pues es nuestro particular saludo de bienvenida. Aunque no había tiempo que perder, pues tras la comida nos esperaba un transporte privado que nos llevaría a la playa de Benagil. Allí cogeríamos un barco para recorrer esta maravilla, uno de los secretos mejor guardados del Algarve. ¡Qué pasada!
La cena en el mirador del hotel, con vistas a la misma Sierra de Monchique, fue otro de los momentos más especiales. La comida, la bebida, la compañía. Todo era perfecto. Eso sí, la energía que teníamos la agotamos completamente en esta cena, pues al terminar nos fuimos a descansar. El día había sido completo y el domingo esperaba con la misma intensidad.
Nada que no arregle una buena cama, enorme en este caso, y buen desayuno buffet. Los participantes estaban preparados para lo que se venía este domingo, con circuito incluido. Antes de entrar en el Autódromo Internacional do Algarve cruzaríamos una carretera muy poco conocida de la Sierra de Monchique. Poco transitada, es una vía que descubrimos en nuestro viaje de reconocimiento de ruta y de la cual nos enamoramos por sus condiciones. Una recorrimos sus kilómetros se descubrió ante nosotros la majestuosidad de un circuito moderno e internacional, escenario de Moto GP y Fórmula 1. Pocas veces se puede entrar en una pista mundialista…
Allí no solo conocimos los entresijos de un circuito de este nivel, visitando zonas privadas como el Centro de Control. También pudimos derrapar con un Porsche 718 Cayman S o hacer una carrera contra otro oponente. Igualmente, pudimos recorrer la pista, con un guía que nos explicó cada curva del circuito. Una pista con un desnivel muy llamativo.
Todo lo bueno acaba, y el broche de oro lo puso el centro de detailing Outclass. Allí vimos algunas joyas como un BMW M4 50 Jahre Edition o un Mercedes 190 2.5-16 EVO II. ¡Un cierre de ruta que nos dejó con ganas de más!
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