Ya está aquí el nuevo Mercedes-AMG C 63 S, sin V8 pero con 680 CV. Y es que tras varios rumores se confirma lo que todos temíamos, la pérdida de su motor V8 en favor de un conjunto híbrido con un motor de cuatro cilindros. Y aunque sí, objetivamente parece una pérdida, si echamos un ojo sus especificaciones vemos que ha ganado. Para empezar gana en potencia, en sofisticación y rendimiento, perdiendo en el apartado de peso pues se trata de un coche más pesado.
Desde sus orígenes, el Mercedes Clase C más potente, si arrancamos desde el W202, ha montado motores V8. Lo hizo con el Mercedes C 43 AMG, repitió con el Mercedes C 55 AMG tanto en generación W202 como W203, y en los C 63 de las ediciones W204 y W205. Ahora regresa con el apellido C 63 S al que se le añade la letra E para designar una nueva era, una nueva etapa que recurre a la hibridación. Los tiempos cambian, y lo importante es que siga habiendo espíritu deportivo.
El nuevo corazón del modelo cuenta con una mecánica gasolina de 2.0 litros que entrega 476 CV. Esto lo sitúa 55 CV por encima del Mercedes-AMG A 45 S, el compacto deportivo que lleva el mismo motor. Hablamos del cuatro cilindros más potente del mercado, una joya digna de analizar. En este caso, la berlina cuenta con la ayuda de un motor eléctrico de 150 kW o 204 CV que se ubica junto al eje trasero.
Con todo ello, este conjunto híbrido desarrolla 680 CV y un par máximo de 1.020 Nm. Hablamos de números más espectaculares que los declarados por el V8 biturbo del anterior Mercedes-AMG C 63 S. Entonces, este modelo declaraba 510 CV y 700 Nm, unos 170 CV menos que el moderno C 63. Igualmente, deja muy lejos a sus rivales, con el BMW M3 Competition de 510 caballos de potencia o el Audi RS 4 Avant de 450 CV.
Para gobernar el conjunto se ha decidido por la AMG Speedshift MCT 9G de nueve relaciones, una caja de cambios que manda el poderío híbrido a las cuatro ruedas motrices a través de un sistema de tracción total AMG Performance 4MATIC+ con autoblocante y modo Drift. Con todo ello la berlina deportiva acelera de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos, tanto con la carrocería sedán como en su versión Estate, y declara una velocidad máxima limitada a 250 km/h en ambos. Opcionalmente, la berlina puede alcanzar los 280 km/h y el familiar 270 km/h. Por cierto, cuenta con un consumo medio homologado de 6,9 l/100 km.